6.00 am. suena el despertador. Las legañas impiden el movimiento de tus párpados. Se resisten. Las marcas de la almohada delatan la profundidad de tus sueños. Agua fría para despertar el cuerpo, café para resucitarlo, corbata al cuello, gemelos para las muñecas. Atasco para disfrutar de los nuevos éxitos. Repaso la programación de la jornada pese a saber de antemano que nada saldrá según lo previsto. Rápido, Lento. Igual que el tiempo. Miro por la ventana, imagino el olor de las olas, el sabor del chiringuito y el sentimiento de descanso. Suena el teléfono, ¿comemos juntos?
Sancti Petri (Cadiz) Recoletos (Madrid)
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