miércoles, 7 de agosto de 2013

Las huellas de tus pisadas marcadas en mi corazón

Es el atardecer de la tacita de plata. Un atardecer mágico en el que el escondite del sol se convierte en un acto complicado ya que su luz nos hace fijarnos a todos. Esa luz que convierte una pisada, un charco, una gota de agua en un elemento especial y hermoso. En ese momento nadie piensa en nada, no hay preocupaciones. Si miras las personas de alrededor todos observan la misma fotografía que tú. Para cada uno de nosotros es un sol diferente, especial. Nuestro sol. Capaz de poner nuestras mentes en blanco y hechizarnos con su única presencia. Me fijo en el charco que tengo en frente. Son pisadas ahogadas. Qué historia habrá sobre ellas. Las sigo. Se cruzan, se pierden, se unen. Él. Dejas huella cariño. Ella. No es posible, no pienso moverme de aquí. Su historia. O no. Aún no es historia. 

Torre del Puerco, Cádiz

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