Te habían hablado de él. Has oído su nombre, el resumen de su historia. Te imaginaste cómo era. Su cara, su pelo, sus ojos, sus manos, su cuerpo, su personalidad, su carácter, sus miedos, su voz. Su voz. Le ves. Te lo presentan. Dos besos, dulces, suaves, rápidos, lentos. Le miras tímida y sonríes. Risa nerviosa. Te mira y ríe. ¿Se habrá dado cuenta? El sigue con su tarea. Tú sigues hablando. ¿Unas cervezas? Por qué no, rápidas que mañana madrugo. Salváis momentos embarazosos. Reís, somos cómplices de la situación. Te cuenta una pequeña introducción de su vida, profundizando algo más en aquello que ya sabes. Le miras, le escuchas. Admiración. Imaginación. ¿Real? Es difícil que te sientas cómoda y cojas tan rápido confianza. No sueles ser de primeras tu misma. Con él es diferente. No te da miedo ser juzgada. Él es diferente. Es el clavo que saca otro clavo. Es lo que habías buscado, de pronto lo has encontrado. Despedida. Hasta la próxima. ¿Próxima? Miras sus fotos. Sonríes. Quieres aparecer en ellas. Ocupa tu mente sin permiso. Tú corazón. El siguiente paso. Directo. Rodeos. Indecisión. Complicación. Diversión. El juego del amor.
Parque Europa, Torrejón de Ardoz
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