Cádiz hoy tiene un color dulce, fino, mágico. Siempre dije que estos atardeceres son los mejores que he visto, pero el de hoy.... el de hoy ninguno de los que lo hemos presenciado podremos olvidarlo. Una pareja camina de la mano. Señala el horizonte. Ella mira, le mira a él y le besa tiernamente. Esos besos desde fuera se pueden sentir. Un beso corto, profundo, dulce. Un beso con pasión. Él la abraza. La abraza fuerte para no dejarla ir. No quiere que pase el tiempo. Su chica. Se siente tan afortunado. Unos pasos más y se sientan en la orilla. No importa que se moje la ropa. Importan ellos, el sol y ellos. Se arropan. Apoya su cabeza sobre su hombro, acaricia su larga melena. Puedo oler su fragancia. Cosquillas en la palma de sus manos. Ella se levanta y camina. Camina bailando, el viento divertido juega con su pelo, ella se deja, no lo rectifica. Él la mira. Ríe. La mira y la sigue. La abraza. La eleva del suelo y da vueltas. Abre los brazos queriendo abarcar el universo. Respira. No hay nada más frente a ellos. No hay nadie. Sólo él, sólo ella. Sólo el atardecer.
La Barrosa, Cádiz
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